No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. O. Wilde


jueves, 29 de septiembre de 2011

Londres está de moda

Londres, una ciudad de contrastes donde pasado y presenten se mezclan en un mix caótico de moda vintage, tecnología punta, casas vistorianas y arte impresionista. Donde Dickens y Harrods conviven de forma sofisticada, otorgando al visitante numerosas oportunidades.


Nueve días son los que he pasado viendo Londres, extasiada por su belleza y con la sensación de necesitar una vida entera para conocerla. Pues es uno de esos lugares que te engancha, haga frio o llueva, no puedaes pasar un día sin pasear por sus calles. Así que, al ser tan poco el tiempo del que disponía para visitarla, tuve que apurar al máximo los planes y cargar los días de turismo, gastronomía, compras y...algunas cositas especiales y diferentes.
Londres es una ciudad que te grita desde que llegas "¿a qué esperas? ¡haz turismo!". La Abadía de Westminster, St. Paul, la National Gallery, Trafalgar Square, Picadilly Circus, Tower of London, el Támesis, el British Museum, London Bridge, London Eye y las inconfundibles Houses of Parliament, son sólo algunos de los lugares que hay que visitar, los más importantes claro está.

Principales monumentos de Londres
Pero lo más especial de Londres es que cada esquina posee su historia, las casas victorianas reconstruídas tras el Gran Incendio, las buhardillas donde Dickens y sus coetáneos escribieron historias que, aún hoy, nos fascinan... Pero lo que he descubierto es que, además de lo embñlemático de los edificios, lo que atrae de Londres es el trasfondo morboso que hay en casi cada uno de ellos: la esquina en la que se creó Sweeney Todd (el barbero asesino), los calles grises por las que anduvo Jack el Destripador y, sobre todo, las sangrientas historias que guarda en su interior la Tower of London, sus muros albergan las historias de numerosos condenados a muerte por traición a la Corona, entre ellos Ana Bolena y Gay Fox. Con tocar la piedra (conservada desde entonces) de la "Bloody Tower" se ponen los pelos de punta.

Tower of London
Y para fascinante, el British Museum, un lugar que hará las delicias de los amantes de la historia, es gratuíto (como el resto de museos) , la diferencia está en que solo las piezas más frágiles se encuentran urnas., el resto se peuden hasta tocar y eso es impresionante, tocar lo que hace miles de años tocaron otras civilizaciones.

British Museum
Despues de la visita a la ciudad, hay que reponer fuerzas. A pesar de la fama de su comida, se encuenran sitios bastante buenos donde comer, el mítico Hard Rock Café es imprescindible visitarlo y cualquier pub invita a entrar con su atractivo diseño exterior e interior.

Pub
La alternativa a los restaurantes la encotnramos en el picnic, en todos los parques encontramo ejecutivos vestidos de Hugo Boss, comiendo comida precocinada o un sandwich de almuerzo.

Hyde Park, Green Park y Soho
¡Llega el momento del shopping! En la ciudad encontraremos las tiendas de marcas en Oxford St., un Preciados londinense y en el Soho (parecido al Fuencarral madrileño) barrio típico de moda alternativa. Pero, si realemnte queremos algo típico, Candem Market, aunque hay que rebuscar para encotnrar algo único, vale la pena por su ambiente, sus maravillosas fachadas y la artesanía. Algo que siempre buscamos los extranjeros y que nos llama la atención de Londres por su normalidad alí, son los productos de segunda mano, pero un artesano de la plata me informó que es más una moda que una realidad, pues lo vintage se lleva y se han subido mucho los precios de la segunda mano.

Candem Market
Candem Shops
Aunque, si queremos algo realmente especial en compras, hay, para mí, tres lugares realmente únicos. Uno es Harrods, y ya no sólo por su producto, si no por su edificio, un lugar tan vulgar como una carnicería, en Harrods es una oda a la elegancia y al glamour, con techos llenps de colores, lamparas de las que cuelgan artesonados de frutas, vidrieras y columnas de mármol. Otro lugar es una tiendecita pequeña y escondida cerca de la City, que contrasta precisamente con frío y cosmopolita paisaje de la misma; es The Christmas Shop, un pequeño paraíso navideño en el corazón de la ciudad, abierta todo el año, salvo el 25 de diciembre, para ofrecernos los más variados productos navideños, trenes de aspecto antiguo, pueblecitos del Polo Norte, guirnaldas, bolas vintage y otras más modernas, todo tipo de luces, postales, calcetines para la chimenea... todo, todo y todo. Se respira espíritu navideño desde que entras, incluso en el mes de Agosto, como hice yo.

The Christmas Shop
Y, en tercer lugar, Portobello Road. Hace tiempo, er aun lugar donde los comerciantes buscaban únicamente vender las pertenencias que ya no querían, objetos considerados viejos y usados. Pero, desde el auge de las antigüedades y, más recientemente, del espíritu vintage, los vendedores se han dado cuenta del potencial de su producto y han subido los precios. Pero vale la pena ir para ver antiguas vajillas, teteras dignas de Alicia en el País de las Maravillas, guantes de boxeo y balones de la época de nuestros abuelos, sellos con deceñas de años de antigüedad... Un lugar donde perderte....

Portobello Road

Objetos Vintage
... y donde parar a repostar en sus pastelerías que te llaman a gritos ¡con los escaparates repletos de cupcakes!

Cupcake

Y esto es Londres, al menos una pequeña parte. Una ciudad donde el gris de las calles, lo viejo de sus edificios y la intermitente lluvia, sólo colaboran a aumentar la magia y el misterio que provoca en sus viandantes.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Lo que Sexo en Nueva York no te cuenta

¡Que levante la mano quien no ha visto nunca una peli Disney ni un capítulo de Sexo en Nueva York!
Yo he visto todo Disney y todo Sexo en Nueva York, varias veces. Pero recientemente y, tras ver las reposiciones continuas en Divinity, puedo afirmar, sin asomo de duda, que Sexo en Nueva York es a las adolescentes lo que Disney a las niñas. Digamos que es una continuación madurada y pervertida de aquellas princesas que nos prensentó el viejo congelado, el frigoyayo que le llamo yo.

Con Disney sñábamos con tener el pelo tna rubio y largo como la Bella Durmiente, el cuerpín de la Sirenita, los zapatos de la Cenicienta, la voz de Blancanieves, el vestido dorado de Bella y el tigre manso de Yasmín. El príncpe variaba, cada día te apetecía uno distinto (lo que no dista mucho de nuestra realdiad actual). Y creíamos que le tendríamos a toda costa, fuésemos harapientas o maravillosas bastaba con cantar armoniosamente y aparecía para llevarnos a un país mágico con un castillo de varias hectáreas.
Así que convencíamos a las mamás (a las abuelas) para ir a la tienda de disfraces (o a los chinos) a por el vestido de Bella y las coronas más brillantes que hubiese. Abundante maquillaje de mamá, unos tacones 7 números más grandes y éramos princesas. 
Per la llegada al cole supuso el inicio del escepticismo, creernos princesas no funcionaba, para ellos era cursi, y tu príncipe te tiraba de las trenzas en vez de acompañar a dúo tu canción.

Pero cuando estábamos a punto de tirar la toalla llega a nosotras Sexo en Nueva York. Ahora deseamos el brillante pelo de Charlotte, los Manolos de Carrie, el éxito de Miranda, sus vestidores llenos de sus vestidos y el abundante, salvaje, desenfrenado e infinito sexo de Samantha. Y, por supuesto, vivir en Manhattan, una ciudad donde el éxito llega solo y, por mucho que tu tarjeta esté tiesa siempre queda algo para unos zapatos nuevos (y tremendamente caros).

Así que vemos un capítulo y salimos a la calle con la llamada "actitud Sex and the City", es decir, nos ponemos bellísimas y quedamos con tres amigas más con la idea de ir a por un cosmopolitan a un sitio chic donde,  copa en mano, encontremos a un chico guapo, con dinero y sexualmente satisfactorio. Y si al día siguiente ese chico no amanece con nosotras, iremos a por unos buenos zapatos.


Pero de nuevo nos damos contra un muro, quedamos con las amigas y acabamos en la INN bebiendo ron de garrafón y rodeadas de buitren ebrios. Así que, al día siguiente tratamos de afrontar la resaca de ese alcohol de quemar llendo a por un modelito que haga las delicias del hombretón que buscamos, pero pasamos de largo por Loubutin para ir derechitas a cualquier tienda del imperio Inditex.

Y esta es nuestra realidad, no seremos periodistas como Carrie, a quien le pagan una pasta por contar sus aventuras sexuales en una columna y posar para el Vogue; trabajaremos duro por un sueldo, si acaso, aceptable, saldremos a sitios más bien baratos y compraremos ropa low cost, ligaremos por el whatsapp del móvil que nos ha ofertado movistar porque el trabajo nos hace difícil salir cada noche... 

Y este es el engaño que comenzó Disney y continuó HBO, el éxito cuesta y el amor más, no te llega viviendo en el bosque con 7 enanitos ni escribiendo una columna de 300 palabras a 20 dólares la palabra. Pero, mientras lo esperamos, sigamos soñando con las princesas.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Un viaje finito

Buenas tardes queridos. 

Hace tanto tiempo que no actualizo el blog que no recordaba ni el nombre, lo he tenido que mirar en una de mis tarjetas de visita  que aún no he repartido entre mis inexistentes contactos periodísticos. Y, de aquí, una de las premisas de fin de verano, las promesas de septiembre, mi promesa es estudiar más y moverme más por lo que, espero y deseo, será mi profesión, y gastar todas estas tarjetas de visita que con tanto esmero (y tiempo) escogí por internet.

Bueno pues, como decía, mi no-verano llega a su fin... y no sé que tipo de depresión postvacacional puede tener un no-verano...supongo que la misma de todo el mundo pero agravada por no haber disfrutado tanto como pretendía. 
Mis vacaciones han consistido en 9 días en Londres, 9 días estupendos conociendo una ciudad maravillosa. El resto del mes de agosto ha sido el propio de una curranta estudiante sin recursos ni para un guarri-viaje a Ribadesella, la fiesta más chunga y guarrera que hayáis visto jamás. En lo que a Julio se refiere, me fuí de campamento fue genial pero sigue siendo más trabajo que vacaciones...y ahora me veo de bruces en septiembre aunque, gracias a dios, a pocas horas de irme al Getafe Envivo... 

Con lo cual, el resumen veraniego ha sido, guarreria asturiana y getafeña (o como sea), 9 días de ponerme cerda en Londres pero de caminar mucho (todo está compensado), 15 días cuidando de 24 monstruitos de 11 años y 22 días trabajando (10 de ellos 12 horas) como si no hubiese un mañana (y aún esperando el sueldo)...
Todo ello acompañados de unas 10 revistas de moda cada mes, por lo que estoy hasta el gorro de términos como low cost, trendy, street style, animal print, fashion, glamour, celebrity... y mira que soy fan de estas revistas... pero de esto ya hablaremos otro día.
Así que creo que, aunque he de empezar el curso a tope y con más afán periodístico que nunca, también me merezco respirar...y pararme a pensar fielmente las promesas de septiembre de las que antes hablaba, ya tengo 3 promesas, estudiar más, moverme en lo que será mi profesión y escribir más en el blog. Aunque garantizo una cosa, de ahora en adelante el blog va a ser un batiburrillo de cosas, unos días me dará por la moda, otros actualidad, otros por escribir sobre algún tema del que me apetezca hablar... el caso es no ceñirme a la actualidad, proque tengo un problema: cuando algo que me gusta se convierte en rutinario y estrictamente obligatorio, pierde el encanto, de ahí que parase de escribir un tiempo.

Trafalgar Square



Feliz no-verano para todos.