No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. O. Wilde


jueves, 29 de diciembre de 2011

FELIZ ATERRADORA NOCHEVIEJA

Nochevieja es una noche de lo más extraña pues, a pesar de la inmensa cantidad de inconvenientes, nosotros seguimos saliendo como si fuese lel mejor plan para decir hola al nuevo año. Analicemos pues la noche en cuestión en las mejores familias:

Mañana del día 31: si eres de las afortunadas que tiene cita en la pelu te ahorrarás una tarde de peinaditos en casa aunque tendrás la preocupaciónd e si en la siesta se destrozarán esos tirabuzones que tan concienzudamente te ha hecho la Mari, tu fiel y cotilla peluquera. Continúa la mañana con las compras, resutla que compres lo que compres, el día 31 simpre te falta algo, la pulserita, los pendientes, el fular o EL VESTIDO y ay madre el show del vestido, para el día 31 queda lo que nadie ha querido comprar, y ya es decir. Así que buscas desesperada, y acabas por comprarte uno que pasas la mañana tuneando en tu casa para que parezca "más de Nochevieja" (que si plumas por aquí, un broque por allá), o bien reciclas uno de casa, por que ¡qué barbaridad cuando tu madre te dice "ponte el del año pasado! ¿estamos locos?.
Si eres hombre, está claro que te ahorras todo esto y lo que viene después hasta la cena.

Mediodía del día 31: comes a matacaballo, pues tu madre está nerviosa perdida por empezar a cocinar la cena a las 3 pm y ¡ni un minuto mas!

Tarde del día 31: ay dios, el tirabuzón aplastado, hay que correr para ponerlo en su sitio, gastas tal cantidad de laca que sobre tu casa hay un agujero negro del tamaño de la selva amazónica, te haces las mil pruebas de maquillaje, manicura, pedicura (pa' qué si llevas medias), depilación, cejas, exfoliación de cara, hidratación, rehidratación... Se acercan peligrosamente las 8 pm y tú sin decidirte, te pones las medias, toma carrerón, te las cambias, te pones los tacones para ir "amoldándolos" a tus pies (jamás se amoldan, no os mintáis tan a la ligera), te maquillas con el estilo habitual pero resaltando los ojos como si no hubiera un mañana, y, finalmente, te enfundas en tu vestido tuneado/reciclado, te ves bonita y entras al salón triunfante.
Ahora aparece tu hermana, quiere robarte protagonismo, y ay virgen santa, la niña lleva un vestido braguero, de esos que con 15 años te creías que eran lo más con su brillo, su escasa falda y su escote tratando de enseñar algo que no tienes. Tu madre se queda patidifusa y a tu padre le sale humo de las orejas, tu tío se ríe pensando en la que se va a armar, tu tía prefiere no mirar y tu abuela se acerca a tirar del bajo en un intento vano por hacerlo unos centímetro más largo. Subes la mirada y te encuentras con una cara que no la pertenece,  unos ojos con las sombras que se ponía Alaska en sus mejores años, unos morros como Carmen de Mairena, y tal cantidad de rimel que, si pestañea, se le quedan pegados los párpados...Jesús bendito que esperpento, te dan ganas de fregarla la cara, pero no, dices sutilmente que le falta un retoquito, al menos que salga con buena cara, aunque está claro que nadie la mirará tan arriba.
Si eres hombre, su hermano, te dan ganas de llamarla una cosa muy fea prque sabes que, como hombre, atacarías a una muchachita como tu hermana y, generalizando, el resto de hombres hará lo mismo.

Cena del día 31: comes con sumo cuidado para que no caiga el lamparón, pero, zás, un langostino salpicón, te dan ganas de llorar pero tu madre te da la solución de madre "ponte un broche y no se nota"...aceptas, no queda otra.

Momento uvas: hay que ver lo que le mola a la tercera edad hacer el guarro con las doce frutitas del demonio. Venga que la escupo, venga risa tonta, venga que se me han hecho bola y al final, abuela atragantada y 5 palmeándola la espalda, si es que se veía venir.
Apuras el champán, pues peude ser la última copa de la noche en la que te sirvan algo decente.

1 am del día 1: Sales, tom fiesta, he pagado 50€ por una barra libre abarrotada así que te matas a codazos y pides 5 cubatas del tirón, que nunca se sabe. Ves a todos tus amigos como la moñoño, os sentís los más guapos de la fiesta y los que mejor bailáis. Menos mal que una de las cosas "buenas" que tiene la Nochevieja es que todo el mundo lleva tal etílico que nadie ve la realidad del ridículo que haces.

7 am del día 1: a por los churros más caros de tu vida, qué duro, te reencuentras con tu hermana y ves que va peor que Masiel.

9 am del día 1: cruzas la puerta de tu casa, y te encuentras con una imitación muy chunga de Amy Winehouse en el espejo del pasillo. Oyes a tu madre y corres a la cama antes de que te vea, te metes tal cual vas.

14 pm del día 1: te levantan a gritos, la familia te espera a comer, te das una ducha fría y tratas de poner la mejor cara que puedas, que deja mucho que desear, mientras sientes el estómago saltando al olor del cordero. Va a ser un mal día, pero soy un valiente, aunque de valientes esté lleno el cementerio.



 Pero la tradición es la tradición, y si se llama así es porque no se puede romper.