No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. O. Wilde


viernes, 28 de octubre de 2011

DE CÓMO SE DAN DE BRUCES CONTRA EL DESTINO

Son tantas y tantas las vidas condenadas a un destino inasumible, inimaginable, inverosímil...el destino de la calle, del abandono, de la injusticia...

Familias enteras que se enfrentan a un futuro incierto pero, con seguridad, miserable. Padres con el rostro marcado por el sufrimiento, niños que se refugian en un mundo de magia que no puede borrar el miedo de sus ojos, abuelos con la mirada ausente porque no comprenden los sistemas modernos de declaraciones, impuestos y gestiones.
Esta es la historia de vidas rotas por los desahucios. Y, como en toda hsitoria moderna y verídica, pagan justos por pecadores. Digo esto porque, cierto es que precisamente el sector de la vivienda tiene un alto grado de morosidad pero también de corrupción, de ahí la afirmación de que pagan justos por pecadores, entendiendo por justos a los "sin recursos" que quieren pagar y no pueden, y por pecadores a los que guardan el dinero bajo el colchón bien para no pagar o bien para "huntar" a quien corresponda.
Con esto no quiero hacer una oda al análisis sociológico de los sectores corruptos de nuestro país, pero sí quiero desahogarme ya que nadie quiere escuchar lo que se está diciendo a gritos: ¡Hay que acabar con la injusticia en los desahucios!.

Resulta que, como todo en esta vida, se tiende a meter en un mismo saco a todos, porque es más sencillo que buscar soluciones. Se mete en el saco de los desahuciados bajo las mismas condiciones de desahucio, es decir, fuera de su casa y búsquese la vida, a todos. Dos ejemplos:

1. A quienes, como este hombre de 83 años, le cambian el contrato por el paso de los años, y le ponen un precio que no puede pagar.

2. Y a quienes no quieren pagar y encima realizan negocios ilegales con su vivienda. Y para muestra, un botón, en el barrio de Almendrales (Madrid)  varios pisos están dejando de pagar el alquiler y las cuotas a la comunidad, pero a la vez, esos mismos que no pagan,. están realquilando (ilegalmente, claro) habitaciones de esas viviendas. Es decir, mientras que el propietario del piso no recibe el pago de ese arrendamiento, el habitante está lucrándose ilegalmente. Esto se ha denunciado varias veces y nadie ha ido a desahuciar a esas personas que, con recursos, no están pagando lo que deben. 
Con este segundo ejemplo se demuestra que no sólo se les mete en el mismo saco, si no que se están dejando pasar situaciones realmente ilegales y se está castigando a quienes no se han buscado conscientemente o a propósito, semejante castigo.

¿Qué va a hacer el señor del video? Acaso sentarse en la calle a ver la "vida" pasar, encerrarse en su vivienda hasta que le saquen por la fuerza, "okupar" un piso, ah no, que esto último no es justo ¿pero es más justo vivir en la calle?. Ninguna de las opciones es mínimamente viable pero sea como sea, la policía lo sacará a la fuerza hasta que escoja la primera opción, sentarse en la calle los años que le queden. Porque es más fácil enviar a la polícia a deshacerse del problema que poner una solución intermedia que no lleve a una persona a semejantes opciones, una solución intermedia como crear un lugar de acogida para personas en estas circunstancias.
Pero, entre nosotros, España, supuestamente civilizada y a quien otros países consideran que alberga una población acogedora y solidaria, estamos dando la patada a quien más lo necesita apelando al dinero, siempre al dinero, pues, quien no paga, no tiene derechos.

Esta es una historia de condena, de condena a la msieria y al abandono, de condena a darse de bruces contra el destino, un destino sin luz.

Aquí os dejo el reportaje desgarrado de "21 días pendiente de desahucio"