No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. O. Wilde


domingo, 25 de noviembre de 2012

El botón de su camisa

Va camino a casa. Al llegar saca las llaves y entra en su piso, todo en calma. Son las 21:30, hay que hacer la cena, rápido, las 22:00 es la hora y ni un minuto más. Mesa puesta, camisa por dentro y el guiso al punto.
Tarda...
Se impacienta...
De pronto, oye la cerradura y su corazón se acelera, después de 11 años no ha perdido esa sensación.
Se acerca a la mesa y prueba la cena, "está frío!", murmura sin mirarla. Se levanta lentamente, ella retrocede. "¡No eres capaz ni de hacer una cena en condiciones, estúpida!". Ella se encoje en un rincón, pero sabe que ya es tarde. 
Él la levanta agarrándola del cuello, ella le mira sin verle, siente el aliento a alcohol en su cara y la rabia de sus ojos la ahoga más que su fuerza.
De pronto, el botón de la camisa cae al suelo...se acabó esa sensación...


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